lunes, 3 de marzo de 2014

LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS APLICADAS EN LA GESTIÓN DEL TERRITORIO



Lic. Federico Alegre

1. Importancia de la cartografía

El desarrollo tecnológico ha evolucionado de tal manera que actualmente ofrece la capacidad de satisfacer las necesidades de información geográfica en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier formato. Es por ello que los avances en la tecnología permiten adquirir, analizar, relacionar, modelar y suministrar información referida a la superficie terrestre como así también de las complejidades que resultan de la interacción del hombre con el ambiente.

Referirse al término cartografía trae aparejado el concepto de  geografía en sus diversas concepciones, apreciándose su  importancia y la utilidad de la información geográfica.

En el marco de estas premisas, la cartografía como expresión de información geográfica ha sido y es un recurso de expresión gráfica inseparable de la noción que el hombre tiene acerca de su entorno geográfico.

Los sistemas de información geográfica (SIG) son herramientas de gran utilidad para la elaboración de cartografía, con la característica de facilitar la incorporación de datos digitales para el análisis espacial. Dichos sistemas son de gran utilidad para el ordenamiento territorial y la gestión de riesgos, donde estos tres conceptos están íntimamente relacionados y se complementan entre sí.
La cartografía para temas de riesgos implica delimitar áreas en donde las personas y los recursos naturales y humanos son propensos de verse afectados por la ocurrencia de un fenómeno perjudicial, ya sea natural o antrópico.

Es importante destacar que la elaboración de un mapa de riesgo es un documento «vivo»
(Vallejo Villalta, 2000) y requiere la actualización periódica que recoja las sucesivas modificaciones en los niveles de riesgo existente. En este sentido los sistemas de información geográfica son herramientas de incuestionable valor puesto que permiten integrar documentos de distinta escala, naturaleza y procedencia.

En la planificación y ordenación del territorio, es de primordial importancia, que los riesgos existentes sean valorados, y que dicha valoración pueda cartografiarse a una escala apropiada, para conseguir una visión espacial de las zonas más vulnerables y aquellas más seguras del territorio a ordenar. A partir del mapa de riesgos, los usos proyectados, como acción preventiva de carácter no estructural, pueden localizarse en los sectores más idóneos, dejando como «zonas de especial protección» aquellas áreas susceptibles de sufrir eventos destructivos. (García-Hernán y Hernández Ruiz, 2000). La identificación y  evaluación de los riesgos deben constituir un documento de primer grado en la ordenación del territorio.

Por último, las ventajas y oportunidades que ofrecen las herramientas tecnológicas de información espacial pueden aprovecharse para reducir las carencias de datos específicos, o para agilizar análisis espaciales que por medio de técnicas tradicionales resultarían más complejos o imposibles de realizarlos.

2. ¿Qué se entiende por Ordenamiento Territorial?

Se trata de una función pública que responde a la necesidad de controlar el crecimiento espontáneo de las actividades humanas y los problemas y desequilibrios que este crecimiento provoca, en la búsqueda de una "justicia socioespacial" y una calidad de vida que trascienda el mero crecimiento económico. (Gómez Orea, 1994).

La ordenación del territorio es un proceso planificado y una política de Estado, de naturaleza política, técnica y administrativa, que está al servicio de la gestión ambiental y del desarrollo. Busca organizar, armonizar y administrar la ocupación del espacio de manera que se puedan prever los efectos que provocan las actividades socioeconómicas y precisar los medios y líneas de acción apropiados para alcanzar los objetivos y prioridades de desarrollo, en un todo conforme con las nociones de uso sostenido y de viabilidad de uso y con los objetivos superiores del bienestar social, de la calidad de vida y de la valoración del medio ambiente. (Méndez, 1990).

Aunque uno de los conceptos más aceptados y utilizados es el proporcionado por la Carta Europea de la Ordenación del Territorio (Bruselas, 1993), en la que se establece que la Ordenación del Territorio es la expresión espacial de la política económica, social, cultural y ecológica de toda la sociedad, concebida en un enfoque global, cuyo objetivo es el desarrollo equilibrado de las regiones y la organización física del espacio siguiendo un concepto rector. Pero también es una disciplina científica y una técnica administrativa porque tiende a ejercer una acción voluntaria de intervención en los diferentes aspectos que involucra un modelo de organización territorial.

Mientras que la Ley 8051 de la provincia de Mendoza la define como la expresión espacial de la política económica, social, cultural y ambiental e instrumento de planificación y gestión. Es de carácter transversal y afecta las normas de carácter básico o general y todas aquellas que tienen que ver con el funcionamiento y administración del territorio, siendo sus principios básicos la coordinación y subordinación de las políticas sectoriales, destinada a configurar, en el corto, mediano y largo plazo la organización y uso del territorio acorde con las potencialidades y limitaciones del mismo, las expectativas y necesidades de la población y los objetivos de desarrollo sustentables, como principio rector.

Por lo tanto, la ordenación territorial es una disciplina que busca distribuir geográficamente de la manera más adecuada a la población y sus actividades en función de la disponibilidad de recursos para mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
3. ¿Qué se entiende por Riesgo y Gestión de riesgos?
Existen numerosas definiciones sobre riesgo aunque básicamente se puede resumir en que es la probabilidad de daño a una comunidad debido a la ocurrencia de un determinado fenómeno. Principalmente son las condiciones sociales las que originan el riesgo, ya que un fenómeno natural por sí solo no puede considerarse una amenaza si no hay población vulnerable expuesta. Es decir que el riesgo es la sumatoria de la amenaza con la vulnerabilidad. Por otro lado, la gestión del riesgo implica la evaluación y el análisis del riesgo, al igual que la ejecución de estrategias y de acciones específicas para controlar y reducir  el dicho riesgo.
En los comienzos del siglo XXI, los Estados miembros de las Naciones Unidas adoptaron la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (EIRD) en el año 2000, como mecanismo de seguimiento al Decenio Internacional sobre la Reducción de Desastres Naturales (DIRDN) 1990-1999. La EIRD es un sistema de alianzas, compuesto por una amplia diversidad de actores, con el principal objetivo de generar y fomentar un movimiento global para la reducción del riesgo de desastres.
En la Conferencia Mundial sobre Reducción de Desastres, llevada a cabo en Kobe, Japón en enero del año 2005, se aprobó el Marco de Acción de Hyogo (MAH) para 2005-2015: Aumento de la resiliencia de las naciones y las comunidades ante los desastres. Dicho convenio fue firmado por 168 gobiernos, entre ellos el de Argentina.

A modo de ejemplo del valor de la cartografía en la gestión del riesgo se muestra una carta del Gran Mendoza ( fig. 1). El objetivo de esta carta es mostrar las áreas geográficas con posibles impactos generados a partir de la localización de basurales a cielo abierto. La información generada en este caso en particular colabora en la toma de decisiones de las autoridades correspondientes en acciones preventivas y de control en la actividad de los basurales.
Es decir que se utilizó cartografía para establecer futuras medidas tendientes al ordenamiento territorial, en este caso, de la localización de los basurales con el fin de minimizar los riesgos ambientales que pueden afectar a las comunidades vecinas ocasionados por la basura. En este caso, los basurales son considerados posibles   causa riesgo de desastre (emanación de sustancias tóxicas, incendios, contaminación de acuíferos, etc.).



Fig. 1 Los basurales pueden ser fuente de riesgo de desastre
Fuente: Lic. Federico Alegre













Día tras día vemos que hay cosas que se hacen incorrectamente. Todo está en nuestras manos, desde lo apocalíptico a lo ideal. Lo primero es inevitable si no actuamos, y lo segundo será una realidad si sabemos actuar.




Fuentes:
MURÚA, Gustavo, 2005. La valoración de los riesgos en la ordenación del territorio: metodología práctica. Boletín A.G.E. nº40.
ROBLEDO, Silvia y otros, 2013. Manual de educación sobre riesgos ambientales. El caso de Cuyo. S.E.C.yT, inédito.
RODRÍGUEZ, Claudia; REYES, Sonia, 2008. Propuesta metodológica para la elaboración de un plan de ordenamiento territorial sustentable. Pontifica Universidad Católica de Chile.



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