sábado, 3 de enero de 2015

EL CULTIVO DE SOJA EN MENDOZA ¿ALTERNATIVA O RIESGO?

 Autora: Prof. Esp. Silvia Robledo

Los espacios agrícolas están constantemente amenazados por el avance urbano, la contaminación, la degradación del suelo, etc.

 Mendoza cuenta sólo con el 4% de su territorio en condición de oasis con agua disponible para las diversas actividades que implican los espacios urbanos y rurales. El suelo y el agua, por lo tanto se convierten en elementos valiosos para la supervivencia del oasis y de quienes habitamos en ellos. Esto sin olvidar que el secano mendocino requiere agua para su desarrollo.

 En este contexto, nos pareció importante reflexionar sobre la propuesta de la ampliación de la matriz productiva en nuestra provincia. Ésta incluye, no sólo,  la posibilidad de insertar proyectos mineros  de diversa índole,  sino también ampliar la propuesta de cultivos.



Foto:El suelo de los oasis mendocinos. Fuente: Silvia Robledo


Aquí es donde aparece el cultivo de la soja como alternativa. Algunos artículos periodísticos vienen alertándonos sobre esta posibilidad. Los departamentos que tienen vides de alta calidad enológica y rendimiento, tal vez estén más lejos de este riesgo, en cambio, aquellos que no gozan del usufructo económico de las uvas y del vino, sean los tentados con estas nuevas ideas.







   Fig. 1 Oasis de Mendoza



Departamentos pobres como Santa Rosa o Lavalle pueden verse atraídos por la posibilidad de esta “diversificación productiva”. Datos de la encuesta permanente de hogares demuestran que en ellos la población en hogares con NBI es significativa (Tabla 1).
 

lugar
Porcentaje de hogares con NBI urbanos sobre el total de la población
Porcentaje de hogares con NBI rurales sobre el total de la población
Porcentaje  total de hogares con NBI  sobre el total de la población
Total provincial
3,4%
15,5%
6,5%
Santa Rosa
7,0%
10,5%
9,3%
Lavalle
5,0%
25,5%
21,5%

Tabla 1 Porcentaje de hogares con NBI. Fuente: encuesta permanente de hogares, 2011, DEIE, Mendoza

Las experiencias que se están llevando a cabo, justamente, se realizan en estos ámbitos:

“En el municipio de Santa Rosa, la empresa Multicultivos, ya realiza pruebas para llevar adelante el cultivo de soja. Del mismo modo, y en una etapa más avanzada, tanto en el departamento de San Rafael como en Lavalle, hay empresarios que se han decidido a sembrar soja bajo riego.
Las pruebas han llegado sponsoreadas por la multinacional Nidera que ve con buenos ojos masificar el cultivo en el sur provincial, siguiendo una línea de producción que abarca Córdoba, San Luis y ahora Mendoza” (Ercolano, Clarisa, Los Andes, 2014).

En el caso de San Rafael, el cultivo de soja podría desplazar a otros, entre ellos, los frutales. El objetivo, al parecer, es sólo experimental, para lograr una planta más resistente a condiciones extremas. Sin embargo, una vez lograda esta variedad ¿cómo impedir que se propague por las zonas secas?

El cultivo de soja implica   un alto consumo de agua, pero hoy se están desarrollando variedades adaptadas a zonas secas o al menos, variedades cultivadas bajo riego.

“Mendoza parecía relegada naturalmente a no pensar en su desarrollo por estos terruños.
Fundamentalmente, el requerimiento alto de agua, que arranca desde los 600 mm anuales por hectárea (el triple del régimen de lluvias promedio de la provincia) hasta los 1.000 mm anuales por hectárea, se convirtió en la principal barrera de ingreso al negocio.
De la mano de los desarrolladores de semillas, que han logrado una mejor adaptación y ciclo, el cultivo tanto de soja como de otras oleaginosas y cereales parece tener un nuevo impulso en la provincia”. (González, M. Diario Los Andes, 2013)

La posibilidad de cultivar una variedad más resistente a la sequía, permitiría obtener pellets para la ganadería bovina.

Es tal vez oportuno que recordemos las implicancias socioambientales que este cultivo ha ocasionado en el resto del país, para  visualizar si éste es el cambio que queremos para nuestros oasis. 

En primer lugar, el cultivo de soja se planta bajo la modalidad de  monocultivo o  se lo combina con otros cultivos de similares requerimientos nutricionales. La soja es una leguminosa y como tal, el 50% del nitrógeno que necesita lo toma del aire a través de la bacteria bradyrhizobium y el otro 50% del suelo, tiene altos requerimientos de fósforo y azufre. Posee la característica de producir altos rendimientos aunque haya pocos  nutrientes en el suelo, por lo que, el agricultor advierte la falta de los mismos, cuando el suelo tiene un grado avanzado de deterioro.

 Ahora recordemos que los suelos de Mendoza no son los pampeanos, son suelos más pobres; corresponden al grupo de los entisoles,  es decir suelos poco desarrollados, aún los aluviales de los oasis están sujetos constantemente al riesgo de desertificación. Entendemos por tal, a la pérdida de la productividad del sistema, principalmente del suelo; este proceso complejo tiene entre sus diversas causas, el mal manejo de técnicas agrícolas. Es decir que un suelo de zona árida, pobre en nutrientes, puede ser degradado si no se hace un uso adecuado del mismo. 

Extensas áreas del noreste y este de la provincia (Lavalle,  La Paz, Santa Rosa) están con alto riesgo de sufrir deterioro severo de los suelos (Fig.2). ¿Cuál será el futuro de estos suelos deteriorados por decisiones equivocadas?


 Un suelo pobre en nutrientes necesitará de fertilizantes; éstos constituyen parte del “paquete tecnológico” que ofrecen las empresas proveedoras de las semillas. Así se inicia la dependencia entre el agricultor y la empresa que provee los agroquímicos, los productores quedan condicionados por las empresas y el  mercado.




Fig. 2  Desertificación en Mendoza. Fuente.Cricyt

Por otro lado, la soja que se cultiva en Argentina es transgénica, es decir, ha sido modificada genéticamente. Se le ha introducido una proteína de una bacteria  para  que sea resistente a la aplicación de herbicidas  (específicamente, el glifosato).

Hay quienes aseguran que esta manipulación genética no tiene consecuencias en la salud humana,  sostienen el “principio de equivalencia sustancial”.  El mismo implica que si  el ADN de dos organismos no emparentados, no produce consecuencias negativas en la salud por separado, tampoco lo hará  el combinado genético. 

Quienes están en contra de los organismos transgénicos advierten que los cambios en la naturaleza se producen en periodos muy largos. La naturaleza se toma el tiempo necesario para comprobar las consecuencias de dichos cambios. En el laboratorio no hay esa misma precaución y rápidamente se llevan los productos  al “mercado”  sin esperar a ver cuáles pueden ser las consecuencias. Se violan los mecanismos de selección natural y se rompen las barreras biológicas.

La soja natural, por sí misma no constituye un problema, la cuestión está en que las empresas obligan a comprar un “paquete tecnológico” que incluye la semilla modificada genéticamente, el herbicida, los surfactantes, etc.

“Las empresas que comercializan las semillas de soja RR son justamente Nidera (58%), Monsanto (19%), Don Mario (16%) y Relmo (3%), todos ellos tienen una licencia de uso de la tecnología de Monsanto. Para Monsanto, la semilla de soja representa sólo el 10% de su negocio en el país, contra el 90% de la venta de agroquímicos y de híbridos de maíz y girasol”.

“Al depender de semillas transgénicas que tienen propiedad intelectual y de plaguicidas a los cuales son resistentes, se esclaviza económicamente a los compradores, condenados a pagar indefinidamente por su uso. Es el caso de la soja RR y del herbicida glifosato "pertenecientes" a Monsanto (si bien la patente del glifosato quedó liberada en 2000). Cuando un país como Argentina permite la expansión descontrolada de OGMs "propiedad" de corporaciones multinacionales, pierde automáticamente el control soberano sobre las especies utilizadas” (Montenegro, R., 2012).

Al ser soja transgénica resiste grandes cantidades de agroquímicos que  pasarán al suelo, al agua y pueden entrar en las cadenas tróficas. Es inevitable que, aunque sea en pequeñas cantidades los agrotóxicos se desplacen a través del suelo y del agua.

Las malezas que el herbicida intenta combatir, se vuelven cada vez más resistentes y ello conduce a utilizar más cantidad de glifosato para eliminarlas. El glifosato es un herbicida  sistémico, no selectivo, considerado de baja toxicidad, pero al aplicar altas dosis y combinarlo con otros agroquímicos se vuelve  un agrotóxico muy peligroso.

En Argentina el consumo de agroquímicos, especialmente herbicidas ha ido en aumento (Fig. 3). Según el INTA el 54% de los herbicidas se utiliza para el cultivo de soja. En Mendoza, los herbicidas son usados en los frutales, no siendo el principal tipo de agroquímico utilizado; por ejemplo, para el cultivo de la vid se emplean más fungicidas que  herbicidas, como muestra la tabla 2.




Fig. 3 Evolución del mercado argentino de  fitosanitarios por cantidad de producto
Fuente: CASAFE, 2012, citado por Moltoni, 2012


cultivos
Frutales de carozo
    vid
hortalizas
soja
glifosato
 23.874


77.919.260
Otros herbicidas
 19.469
  91.778
503.138
  4.937.207
fungicidas
135.742
516.014
252.442
  2.554.727
insecticidas
334.213
  64.904
791.111
10.847.460
coadyuvante
 72.578
  47.026
    1.702
   4.794.540


Tabla 2  Consumo de agroquímicos por tipo de cultivo en Argentina (medido en Lts./Kg./unidad, 2013) Fuente: Pampas Group, citado por Eleisegui, P., 2014

Otro dato importante es que en el área sojera pampeana se ha comenzado a reemplazar el glifosato por otros compuestos, debido a la resistencia creciente de las malezas. Además se combina con insecticidas, tales como flubendiamide –fabricado por Bayer, y comercializado bajo la etiqueta “Belt 48 SC” –, y rynaxypir –DuPont lo ofrece con la identidad “Coragen” (Eleisegui,Patricio, 2014).


Los agroquímicos entran en las cadenas alimentarias y por un proceso denominado “acumulación biológica” tienden a concentrarse   a medida que van pasando de un nivel trófico a otro. El ser humano ocupa en la cadena trófica el nivel de omnívoro, es decir se halla en el tercer o cuarto nivel y, por lo tanto, la posibilidad de concentración de cualquier tóxico en el organismo humano es mayor. A esto agregamos que el agricultor aplica los agroquímicos, muchas veces, sin conocer el modo adecuado de hacerlo, exponiendo su salud y su vida.
 
La soja tiene una tolerancia agroecológica alta. Es decir se adapta a diferentes condiciones climáticas y edáficas. Ello ha producido que se cultive en la región pampeana, pero también en la chaqueña, nordeste y noroeste.

“En Argentina la ausencia de políticas de Estado para la conservación de balance entre los ecosistemas naturales de alta biodiversidad y los ecosistemas antrópicos (zonas de producción agrícola y ganadera, ciudades) ha generado un país ambientalmente en rojo, que destruyó por ejemplo más del 80% de la superficie originalmente cubierta por bosques nativos. Tenemos por lo tanto una aguda y creciente crisis de biodiversidad”. (Montenegro, R., 2012)

 Se han intentado experiencias en la Patagonia y, como vemos en Cuyo, en zonas con déficit hídrico. Se extiende a costa de bosques, montes y otras actividades que sucumben frente a su alta rentabilidad cortoplacista. Por ejemplo, en el área pampeana significó la desaparición de tambos, apicultura, etc. (Fig. 4)  ¿Qué actividades puede desplazar en nuestra provincia?. Por otro lado, este tipo de agricultura se la considera “agricultura sin agricultores” Es decir  genera poco trabajo. 

La producción familiar que debería ser la base de la recomposición de un modelo productivo, sano, solidario, democratizador, descentralizador y repoblador del campo argentino, y principalmente productor de alimentos, por el contrario es arrasada por las fumigaciones aéreas de glifosato” (Lapolla, A., 2010).



Fig. 4 Consecuencias del modelo sojero vigente. Fuente: Codes, M. I., 2005

Por otro lado, al ser un commodity  está sujeto a las variaciones del mercado, de hecho la actual cosecha record de EEUU ha producido una caída del precio internacional y mucha preocupación de los productores pampeanos. Si bien presenta una leve baja de la superficie cultivada, alcanza cifras record de producción, como lo indican los siguientes datos de oficiales  (Tabla 3)



Tabla 3 Producción de soja 2014. Fuente: Informe del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, 2014

El cultivo de soja puede traer riesgos a nuestra provincia que hemos intentado sintetizar en el siguiente esquema (Fig. 5)

Frente a estos riesgos, debemos reflexionar: ¿Queremos una economía sujeta a las variaciones del mercado, pan para hoy y hambre para mañana? ¿Expondremos nuestros bienes comunes: agua y suelo a esta nueva propuesta? ¿Serán los departamentos más pobres de Mendoza los que someteremos a este riesgo? ¿Generaremos una  dependencia  de los que menos tienen  con las transnacionales proveedoras del “paquete tecnológico”?.
Hay quienes consideran que estos cultivos son simplemente ensayos en explotaciones pequeñas que sólo tienen la finalidad de aportar forraje a la ganadería. Igualmente sostenemos que Mendoza debe pensar en  alternativas vinculadas con su tradición, que aseguren la diversidad y estabilidad del sistema y que no pongan en riesgo la salud de la población y nuestros bienes comunes.





Fig. 5 Posibles consecuencias de la expansión del cultivo de soja en Mendoza. Fuente: Silvia Robledo





BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
CODES, M. I. y otros (2005) Educar para actuar. Actuar para educar, Zeta editores, Mendoza.
ELEISEGUI, P. (2014) Mercado de agroquímicos en argentina: baja el uso del glifosato y crecen los productos más potentes… Ecoportal 10/06/14 www.ecoportal.net/.../Mercado_de_agroquimicos_en_Argentina_baja_el
LAPOLLA, A   (2010) Los 52 millones de soja transgénica y la ética de los científicos, publicación de Red GECI, 2010. www.rebelion.org/noticia.php?id=101928
MOLTONI, L (2012) Evolución Del mercado de herbicidas en Argentina, Vol 1, n° 2, ISSN 2314  inta.gob.ar/...argentina/.../INTA-%20Economía%20y%20desarrollo%20a.
MONTENEGRO, R. (2012) Monsanto amenaza Malvinas Argentinas. Semillas envenenadas y pérdida de soberanía alimentaria, PDF, www.rebelion.org/noticia.php?id=101928
SKILL, K Y  GRIMBERG, E., (2014) Controversias sociotécnicas en torno a las fumigaciones con glifosato en Argentina. Una mirada desde la construcción social del riesgo, en Merlinsky. G. (coordinadora) Cartografía de los conflictos ambientales en Argentina, Clacso, Ciccus, Bs. As.
Noticias de Diarios
DIARIO  SAN RAFAEL, La llegada de la soja tendría solo fines experimentales, Domingo, 15 Junio 2014 08:07 www.diariosanrafael.com.ar,
ERCOLANO, CLARISA Alarma ambiental por avance de la  soja en Mendoza, MDZOL 7 de julio de 2014, Mendoza, www.mdzol.com/.../537669-alarma-ambiental-por-avance-de-la-soja-en-..
GONZÁLEZ, M. S. El negocio de la soja ahora desembarca en Mendoza,  Diario Los Andes, 10 de marzo de 2013, Mendoza. www.losandes.com.ar/.../negocio-soja-ahora-desembarca-mendoza-7011..
















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